lunes, 28 de diciembre de 2015

HRITIK: SALUD PARA IR EN POS DE SUS SUEÑOS


Querida Familia Asha-Kiran,

Hoy compartimos una feliz noticia: después de meses de quimioterapia y dos más de descanso, se le ha hecho un PET Scan a nuestro querido Hritik antes de navidad, y los resultados han sido excelentes. Traducimos un trozo del informe médico:

“El PET muestra una regresión completa de la linfadenopatía (…) detectada anteriormente, lo que sugiere una buena respuesta al tratamiento. Actualmente asintomático.”


Gracias mil por acompañar a Hritik durante estos duros meses. Con su tratamiento, vuestro apoyo y sus ganas de vivir, ahora está más cerca de ver sus sueños convertirse en realidad.

lunes, 21 de diciembre de 2015

NUEVO CENTRO DE DÍA PARA NIÑOS ITINERANTES


La urbanización Marvel Izara, como muchas obras más en Pune, da empleo a trabajadores migratorios de todo el país. Mientras el padre y la madre trabajan, sus hijos se quedan desatendidos en un ambiente lleno de peligros. Aunque viven en chozas proporcionadas por los dueños de las obras, los padres no pueden proporcionar a sus hijos una educación, cuidados de salud apropiados, una alimentación equilibrada ni un nivel de vida mínimo.

Cuando preguntamos a los padres de este sitio lo que opinaban de tener un Centro de Día para sus hijos, todos se mostraron muy positivos. No sólo estaban encantados de que sus hijos puedan pasar el día en un lugar seguro y alejado de la construcción, sino de que reciban aportes educativos, recreativos y sanitarios.

Nos complace dar la bienvenida a 25 niños más -de momento- a nuestro proyecto dedicado a la Infancia Itinerante, que ya atiende a niños y familias en 15 obras en construcción.


jueves, 10 de diciembre de 2015

TRABAJANDO ENTRE EXCREMENTOS HUMANOS


Anokhi no olvida la primera vez que limpió heces humanas. “Lo primero que hice fui vomitar”, cuenta. Luego vinieron las diarreas, la falta de apetito y los dolores de cabeza. Estuvo 17 años limpiando letrinas; veinte retretes al día por 400 rupias al mes (5,60€).  “Me obligó mi cuñada y mi familia me amenazaba, por eso no podía dejarlo”, recuerda.

Una ley de 1993 y otra de 2013 prohibieron este denigrante trabajo en India. El ex primer ministro Manmohan Singh afirmó que esta práctica era “una de las mayores manchas en el desarrollo” del país, y prometió erradicarla. En 2014, el Tribunal Supremo reconoció que la recogida manual de excrementos seguía siendo habitual y que era una violación de los derechos humanos.

Sin embargo, las leyes no han evitado que cientos de miles de personas, la gran mayoría mujeres, sigan recogiendo heces. La Red Internacional de Solidaridad Dalit (IDSN) calcula que son 1,3 millones de personas. Con sólo una cesta, una escobilla, una espátula y sus manos, limpian letrinas en casas y estaciones, desagües, fosas sépticas, alcantarillas o vías de tren.

Las limpiadoras nacieron dalits, “intocables”, en el escalafón más bajo de la pirámide social hindú. Si no heredaron el trabajo de sus padres, lo hicieron al casarse. Éste fue el caso de Priyanka, que empezó bajo imposición de su suegra. “Lo peor era el monzón. Con las lluvias, la carga se escurría por la cesta y me caía sobre la cabeza y la ropa. El olor no se iba nunca, me perseguía”. Su suegra dice que “no tenía otra opción, tenía que hacerlo. Yo estuve así 36 años”.

Debido a este “legado familiar”, las recolectoras están condenadas al ostracismo. La humillación social a la que se ven sometidas es casi peor que su  trabajo. El desprecio comienza en las casas en las que limpian. “Tenía que guardar distancia (de las patronas) siempre, ni siquiera nuestras sombras podían tocarse, y me arrojaban la comida desde arriba”, asegura Savatri. A pesar de la deshonra, no pueden alejarse de esas familias de casta superior que las alimentan y les dan ropa usada.

Organizaciones civiles como Sulabh International, apoyan a las limpiadoras en su reinserción a la sociedad. “El primer reto fue liberarlas de esa faena; luego, que tuviesen una educación y que desarrollasen otras habilidades”, afirma su fundador, Bindeshwar Pathak, un sociólogo que incide en la necesidad de que “las castas altas respeten (los) derechos (de los dalits) y los dejen entrar en templos, bañarse en ríos sagrados o comer junto a los demás”.

Usha recogió heces junto a su madre durante más de 30 años. Un día apareció Pathak en su vida. “Al principio desconfiaba, pero en 2003 vi el Centro que construyó para nosotras, y supe que era diferente.” En el Centro, más de 100 recolectoras aprenden a leer y escribir, y reciben formación profesional. Usha, ahora presidenta de Sulabh International, anima a otras mujeres a salir de una vida entre excrementos. Ya no es una paria.

¿Por qué van todas de azul? Sulabh responde que “Es el color del cielo, de la libertad. Antes estaban encerradas en la cárcel de la sociedad, ahora son libres”.

Fuente: elmundo.es

martes, 3 de noviembre de 2015

LOS NIÑOS "INTOCABLES"


Golu sabe que antes de que salga el sol, debe abrir los ojos y salir a las calles para recoger basura. Agarra su saco y empieza a caminar. Vive en Varanasi, India, la ciudad sagrada del hinduismo. Le rodean templos, los primeros cánticos, bolsas de plástico, vacas, insectos y algunas cabras. Prefiere salir cuando las calles están repletas de objetos que pueda reciclar y vender.  Cuando deambula en busca de desechos nadie le dirige la mirada; es considerado “impuro” por su casta y por estar en contacto con la suciedad.

Para los hindúes creyentes, la casta no es un hecho social o económico, sino el resultado de una reencarnación según la conducta que se ha observado en la existencia anterior. Así pues, junto con la familia, la casta es la principal referencia de las personas y les atribuye una posición que generalmente determina el resto de su vida. Unicef cifra en 15 millones los niños y niñas dalits que trabajan en condiciones de semi-esclavitud por míseros salarios.

A pesar de la lucha de los dalits desde los años veinte que llevó a la abolición de este sistema de clases en 1950, éstas nunca se suprimieron en la práctica y unas 200 millones de personas siguen siendo consideradas intocables. Son repudiadas, insultadas y expulsadas de lugares públicos. Según Human Rights Watch, cada año son registrados en India más de 100.000 casos de violaciones, asesinatos y otras atrocidades contra los dalits, muchas de ellas cometidas por la propia policía y sustentadas por latifundistas.

Golu regresa a media mañana a casa con la bolsa llena y el estómago vacío. Comerá si hay suerte; si no, deberá esperar a la hora de almorzar para ingerir el único alimento del día. No le importa comer siempre lo mismo. Le encanta el arroz y agradece saborear hasta el último grano del plato.

No posee registro de nacimiento, como la mayoría de niños dalit, por lo que corre el riesgo de ser secuestrado o vendido a cambio de dinero. La trata de personas, la prostitución, la venta de órganos o los niños-soldado son algunas de las consecuencias sufridas por algunos, a menudo escondidos bajo la falsa apariencia de trabajo doméstico infantil. Todo menor que no haya sido inscrito en el Registro Civil es considerado un apátrida. No hay prueba alguna ni de su edad ni de su origen, ni tan siquiera de su existencia.

Antes de ir a buscar a su hermano menor a la escuela, Golu corretea por las laberínticas calles de la ciudad. Llega hasta el río Ganges, se zambulle y se da un largo baño. Aprovecha y bebe un trago. Los restos de las cremaciones humanas que tienen lugar en la orilla, los esqueletos de animales, las aguas residuales y los desperdicios de las fábricas han contribuido a un alarmante grado de contaminación del río. Ya bañado, Golu se viste y corre hasta la sede de la ONG gallega Semilla para el Cambio, donde le espera su hermano.

Esta escuela ha dado una oportunidad a los niños y niñas de las barriadas. Encontrar colegios que los acepten es todo un reto. La mayoría de directores cierran puertas sin pudor cuando saben que los nuevos alumnos son dalits. La mitad de los niños y el 64% de las niñas ‘intocables’, no pueden terminar la educación primaria debido en parte a que son humillados por sus profesores.

Sentado en los ghats, las escalinatas del río Ganges, Golu repasa el abecedario escrito en la libreta de su hermano. Se lo sabe de memoria, puede decirlo más rápido que leerlo. Satisfecho, pide una cometa a un muchacho y salta y ríe como nunca. Ese momento del día, entre letras y juegos, es el único que tiene para sentirse el niño que realmente es.

Empieza a oscurecer y Golu debe volver a casa. Con miedo, acelera el paso para entregar a su padre las 10 rupias (13 céntimos de euro) que ganó vendiendo plásticos. Después, preparará su gran cesta de mimbre con las velas y flores que vende en los ghats por la noche. Se apura, pues no quiere enfadar a su padre. Golu consigue vender tres velas, ganando 30 rupias (40 céntimos de euro) y librándose así de una paliza. Toma prestada una de las candelas, la enciende, y deja que la brisa se la lleve río adentro.

Dicen que una vez que se arroja la vela al Ganges, el agua se lleva aquello que uno ha implorado. La gran luna ilumina las aguas milenarias del río sagrado, y flota en ellas la pequeña luz que arrastra el anhelo de Golu: “llegar a ser médico para ayudar a los demás”.



Fuente: elpais.com

viernes, 16 de octubre de 2015

LA ALEGRÍA DE DAR


La Semana de La Alegría de Dar tuvo lugar en la oficina de Investigación y Desarrollo de Fiat en Pune, India.

Las donaciones se recibieron a través de un Árbol de los Deseos, donde las causas sociales a apoyar, en forma de tarjetas, se distribuyen como hojas. Las personas eligen un deseo, escriben su nombre y la cantidad de su donación en la parte posterior de la tarjeta, y la ponen en una hucha.

Con el fin de mostrar los deseos ‘concedidos’ con su donación, cada persona vuelve a colocar otra tarjeta en lugar de la que han introducido en la hucha. Esta nueva tarjeta lleva el nombre de la persona para mostrar su contribución a la causa social que ha elegido, y alentar a otras personas a hacer lo mismo.

Las cantidad recaudada del Árbol de los Deseos ascendió a 374€, y los aportes recogidos de la caja y cupones de Fiat Sodexo, a un total de 32€. También recibimos donaciones de artículos como galletas, arroz inflado, copos de arroz, arroz, harina de trigo, caramelos, ropa para niños, juguetes, y materiales educativos como papelería, libros, etc.

Agradecemos a Fiat su valioso apoyo a nuestros proyectos sociales.

lunes, 5 de octubre de 2015

CAMBIANDO UNA MENTALIDAD ARRAIGADA


El pueblo de Bibipur, conocido como “El Mundo de la Mujer”, es una fuente de inspiración para muchos otros pueblos de India. Se encuentra en el estado de Haryana, conocido por su sesgo a favor de los varones, asesinatos de ‘honor’, y el bajo estatus general de la mujer. Sin embargo, Bibipur se ha convertido en un ejemplo de esperanza.

El rostro de Bibipur cambió cuando Sunil Jaglan fue nombrado jefe de la aldea en 2010. Desde luchar por los derechos de la mujer hasta llevar la tecnología a la vida de los habitantes del pueblo, este admirable alcalde no ha escatimado esfuerzos para cambiar la forma en que se suelen percibir los pueblos de Haryana.

“Nos centramos en la solución de este problema concienciando al público sobre las problemáticas de las mujeres y poniendo el foco de atención en ellas. El primer paso fue organizar una asamblea general de los líderes de los clanes, donde miles de mujeres se reunieron y hablaron sobre el delicado tema del feticidio femenino. En la asamblea general, las mujeres tuvieron la oportunidad de decir lo que pensaban, algo que no podían hacer anteriormente”, dice Jaglan. Incluso exigieron una enmienda en el Código Penal de India para detener a las culpables de feticidio femenino bajo cargo de asesinato.

Con el fin de poner más atención en el feticidio femenino, Jaglan organizó varias campañas y eventos de sensibilización. Se puso en marcha una iniciativa para juntar a nietas y abuelas en la misma plataforma, de modo que todas las generaciones tuvieran la misma importancia. La idea era que mujeres de todas las edades hablaran de sus asuntos y compartieran sus historias.

Además, “En pueblos donde la gente ni siquiera había visto un ordenador, utilizamos la tecnología para difundir conciencia. Les mostramos videos sobre el feticidio femenino y organizamos debates y seminarios. Nuestro pueblo tiene un gran escenario donde organizamos eventos regularmente. Las mujeres se suben al podio y hablan de sus inquietudes”, dice Jaglan. Pero en el pueblo de Bibipur no sólo se habla; se han creado cuarenta casas orientadas a las mujeres con el propósito de que dialoguen y busquen soluciones juntas.

Una vez que el trabajo del consejo municipal comenzó a dar resultados positivos, el pueblo recibió reconocimiento y varios premios por parte del gobierno. Todo el dinero de los premios se gastó en el desarrollo del pueblo, que ahora tiene un sitio web propio donde se publican regularmente las últimas actualizaciones y novedades. Según Jaglan, “Pusimos todo el sistema a la disposición de los habitantes del pueblo para mantener la transparencia y asegurar que los fondos del consejo se utilizan correctamente”.

Los residentes de Bibipur también han tenido que enfrentar dificultades. Jaglan ha estado bajo una enorme presión política, e incluso recibió una notificación de suspensión, pero los habitantes del pueblo se organizaron para apoyarlo y lanzaron una protesta para traerlo de vuelta al poder. Bibipur y su buen gobierno son famosos hoy en día gracias a los esfuerzos inteligentes de su líder y de sus residentes.

Los esfuerzos inteligentes son esenciales.


Fuente: thebetterindia.com

martes, 29 de septiembre de 2015

CARTA DE LOS FUNDADORES - SEPTIEMBRE 2015


Querida Familia Asha-Kiran,

Te "visitamos" nuevamente para compartir contigo nuestra andadura este verano, deseando que tú también te encuentres deseoso de salir al encuentro del otoño con bríos renovados después del descanso estival.

Como de costumbre, el pasado trimestre ha aportado nuevas invitaciones a mantener, mejorar y ampliar nuestro trabajo en India, y a contemplar la posibilidad de poner nuestro granito de arena en Nepal, devastado principalmente en sus zonas rurales debido a los terremotos de los meses de abril y mayo pasado.

En India, hemos tenido el placer de constatar que la Guardería inaugurada en enero de este año sigue brindando una ayuda inapreciable a las madres trabajadoras de la zona marginal que atiende nuestro Centro Comunitario, y que los niños y niñas que acuden a ella están disfrutando de la atención que les brindamos. Hemos tenido la visita de varias Voluntarias españolas que han llevado su arte, sus conocimientos y su corazón a niños, adolescentes y mujeres a través de talleres de comunicación y expresión corporal, juegos, danza y manualidades, así como talleres de capacitación para las profesoras de nuestros proyectos.

También mudamos nuestra oficina en Pune a unas instalaciones más amplias, situadas en un emplazamiento centralizado con respecto a nuestros proyectos. Al final de una semana intensa de trasladar y organizar muebles, ordenadores y documentos, abrimos nuestras puertas de nuevo para continuar ofreciendo nuestros servicios a los colectivos vulnerables de Pune.

Durante el mes de agosto, nuestro viaje a Nepal se inició con la alegría de saber que nuestra visita estaba motivada por el espíritu de servicio, apoyo y cariño. Éramos conscientes de que teníamos una gran responsabilidad al ser portadores del dinero que tantas personas nos habíais entregado como reflejo de generosidad, solidaridad, confianza y cariño. Llevábamos todo esto en nuestros bolsillos y en el corazón. Sabíamos que no podríamos llegar a todos los afectados, pero nos sentimos afortunados de apoyar a algunos de ellos de forma directa y honesta.

La sensación en Nepal fue de un mayor empobrecimiento económico como país, pero de una profunda riqueza humana; han sabido comenzar de nuevo más allá del dolor y la catástrofe y con una nueva sonrisa. Al visitar la zona de Mankha, un área de pequeños pueblitos agrícolas repartidos por las colinas, la sensación era contradictoria: por un lado, todas las casas destruidas, el colegio colapsado, las personas viviendo en tiendas de campaña o pequeñas chozas; por otro lado, una alegría impresionante en las personas, en los niños, y una belleza natural indescriptible. Asha-Kiran donó aquí 3.220€ para apoyar en la reconstrucción. A esto, de momento vamos a sumar los sueldos de todo un año de dos profesores que necesitan para el colegio. Volvemos de Nepal más llenos de lo que fuimos; algo cálido y amable en el corazón, y el ánimo para seguir trabajando en pos de un mundo mejor.

Deseamos agradecer también vuestro inestimable y continuado apoyo a Hritik, que en octubre finalizará sus sesiones de quimioterapia y que ha experimentado una mejoría casi total, según los resultados de su último scan del mes de julio.

Sin vosotros cerca, sería imposible llegar a tantas personas, mujeres, niños que nos abren sus corazones y nos permiten apoyarles, amarles, cuidarles.

Desde la Fundación Asha-Kiran, una vez más, Gracias.